martes, 1 de junio de 2010

FOTOSÍNTESIS

Considero al árbol mi hermano,
pues recibe mis bocanadas con secreto alborozo,
y sus frutos aparecen al ser mi vida huerto fértil
de superfluos y fríos ocasos.

Pienso. Mi vida está medida
en las distancias. Desde la última rama del pino
expectante de que yo caiga para poder recibir
a cambio mis suspiros.

No me tientes, pino hermano
a abandonarme y que el devenir me saque del mundo
pues, aunque mis ojos tengan una coraza -córnea y cruel-
espero sentado contigo que una mano roce mi mano,
invitándome, y por fin verás en mi tu propio designio.
Pero mientras espero, espera tú conmigo, que mis
bolsillos no están vacíos. Llenos de papeles, ellos,
inmensos almacenes del pasado.

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