Diego va en su bicicleta. Unos metros adelante suyo un anciano va a cruzar la calle. Por supuesto Diego frena, se quita un mechón de pelo de su cara, hace un ademán con la mano y sonríe. A cambio, ha recibido esta malhadada repuesta:
- Gracias, señorita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario