martes, 9 de febrero de 2010

Emile

Espero sentado
solo triste maldición lágrima.
El vértigo es mi madre,
es la estética del abrazo al borde del precipicio.
Bella salmuera
sublime despedida
desde la cima del muro escucharé atentamente
la caída
de una pluma
y ¡correrá la tinta! mientras llora el calamar
y me espera una cena en el fondo abisal
que celebrará por siempre nuestro naufragio
y el ardor de mi carne al caer entre arrecifes

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